Qué hacer cuando el niño no quiere dormir en su cama

6 Dec 2023
No quiere dormir en su cama

¿Tu hijo ha dormido en su cama perfectamente hasta ahora y ha cambiado de repente? ¿Quiere dormir con vosotros y parece que las rutinas habituales no funcionan? Te decimos cómo actuar.

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melissa barbeitoCon la colaboración de Melissa Barbeito Zurilla
Asesora de Sueño Infantil

 

Para animar al niño a dormir en su cama, lo primero que deberías hacer es utilizar las mismas rutinas o “tácticas” de todas las noches.

  • En primer lugar, puede ayudarle a ponerse el pijama, a cepillarse los dientes y... a la cama, a dormir las horas de sueño del niño que le corresponden.
  • Ya en la cama mamá o papá le leen el cuento de las buenas noches y le dan el besito correspondiente.
  • Después, al cabo de unos minutos, el pequeño se duerme y salís de la habitación.

Hasta ahora, siempre ha funcionado muy bien. Sin embargo, desde hace algún tiempo, algo ha cambiado. De repente, ha empezado a despertarse por la noche y a ponerse de pie en la cama o en la cuna: quiere salir con destino a la cama de los papás.

Es un caso típico de la etapa de entre los dos y los tres años. Si esta dinámica no te incomoda y todos en casa estáis felices, no es necesario hacer nada. Pero, en el caso de que desees fomentar que duerma en su habitación toda la noche, te dejamos algunos consejos:

Cómo actuar, paso a paso

El primer despertar nocturno siempre pilla a los papás desprevenidos. Y la decisión unánime suele ser contentar al niño dejándole acostarse en la cama de los papás. Quizás, ha tenido una pesadilla, así que hay que consolarle.

Al segundo despertar, alguno cede a la petición del niño, aunque el otro frunza el ceño.

Al tercero, el no es compartido, al menos por los adultos de la casa. Y, él, que se siente rechazado, acaba llorando desesperado, hasta que vuelve a ser acogido.

"No, esto no puede ser", "El pequeño debe dormir en su habitación". Todo esto es fácil de decir, pero no tanto de hacer. Sin embargo, con mucha perseverancia y un poquito de paciencia, se puede conseguir que el niño duerma en su cama.

Dormirse en su habitación

El primer paso hacia el éxito es lograr que el niño se duerma en su habitación, solo. El ritual de las buenas noches es eficaz, porque le hace entender qué es lo que le espera. Intenta salir de la habitación antes de que esté 100% dormido.

Un ejemplo de rutina podría ser: ducha, pijama, cepillar dientes, leer un cuento hasta que se relaje, e intentar salir de la habitación antes de que se duerma por completo. Si el pequeño protesta en el momento de la separación, siempre se le puede decir que la mamá volverá en unos minutos, y de esta manera ir saliendo y entrando, para aportarle seguridad y cubrir sus necesidades.

Es una promesa que hay que mantener, para evitar que, en caso contrario, el niño pierda confianza y permanezca despierto durante más tiempo, esperando a que alguien se presente. En definitiva, el niño debe entender que la mamá y el papá están cerca. Si se siente seguro, se relajará y se dormirá antes.

Anticiparnos a la lista de peticiones antes de dormir

“Mamá quiero agua”, “Papá léeme otro cuento”, “Mamá quiero hacer pis”. Muchas veces los niños empiezan a pedir una cosa tras otra antes de dormirse.

Para evitar o minimizar esto, puedes anticiparte y preparar con tu peque todo lo que necesita: ir a hacer pis antes de dormir, preparar el vaso de agua antes de que lo pida y que él mismo lo lleve a su cama o cuna, explicarle que se leerán 1-2 cuentos y que él mismo los escoja. De esta manera, todo fluirá mejor.

Baby power

A esta edad, los niños empiezan a experimentar autonomía. Podríais dejarle decidir, por ejemplo, qué pijama se pone, qué libro quiere que le leáis o qué historia quiere escuchar. Podrá decidir entre dos o tres alternativas. De esta manera, se sentirá importante y satisfecho.

Su habitación, su lugar favorito

La habitación del niño ha de ser un lugar mágico e increíble para él. Pasar ratos del día jugando en ella facilitará que por la noche la prefiera para dormir.

Si, por el contrario, sólo lo llevamos para dormir, y es una habitación sin aquella magia que a un niño le hace ilusión, difícilmente se sentirá a gusto para pasar toda la noche en ella. Sin duda, debe ser para el niño un lugar agradable y seguro.

DIRECTORA EDITORIAL MI BEBÉ Y YO. Experta en temas de embarazo, maternidad y paternidad, bebés y niños, y coordinadora de nuestra Agenda de Crecimiento.

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