Fases del parto

¿Lo sabes todo sobre las diferentes etapas del parto? Las fases del parto más importantes, desde la expulsión del tapón mucoso y la ruptura de la fuente, pasando por la dilatación y la expulsión del feto, el momento culminante que acaba en el nacimiento de tu hijo, hasta el momento del corte del cordón umbilical y la expulsión de la placenta.

Hacemos un recorrido siguiendo todo el proceso del parto, para que te puedas hacer una idea clara, consciente e informada. Hablamos de cuestiones como la frecuencia y la intensidad de las contracciones de parto, cuándo se aplica la anestesia epidural, si así lo deseas, o en qué momento se recurre a la episiotomía para facilitar el nacimiento del pequeño.

¿Sabías que las fases de la luna también pueden influir en el momento y el tipo de parto que vas a tener? También hablamos del parto desde el punto de vista del bebé, para que sepas qué sentirá tu hijo cuando experimente el acontecimiento más “espectacular” de su vida.

El período prodrómico, la fase de dilatación, el período expulsivo, el alumbramiento... Te explicamos cuáles son las fases del parto, para que estés preparada para este momento tan especial.

El proceso de parto se puede dividir en tres etapas: la fase de dilatación (precedida por el período prodrómico), en la que somos testigos de la dilatación del cuello uterino; la fase de expulsión, que lleva al nacimiento del bebé; y el alumbramiento, es decir, el desprendimiento de la placenta, que, aunque se produzca después del nacimiento, se considera a todos los efectos como una parte integral del parto. Pero también hay una prefase, el período prodrómico.

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El período prodrómico

No es realmente una fase, sino una prefase del período de dilatación. Es un tiempo de preparación, también llamado de adaptación, en el que las contracciones empiezan a sentirse, pero siguen siendo muy irregulares, tanto en intensidad como en duración. ¿Qué caracteriza a esta fase, más concretamente?

  • Se puede experimentar una cada media hora, o 2-3 en un período muy corto de tiempo, seguidas de otra más separadas; algunas son más fuertes, otras, más suaves; de vez en cuando, hay una sensación de peso en el abdomen inferior, que, en realidad, se puede notar incluso 15 días antes del nacimiento.
  • En la mayoría de los casos, estas contracciones preparatorias comienzan por la noche y no permiten que la mujer embarazada pueda dormir. Por la mañana, todo se tranquiliza, como si nada hubiera sucedido.
  • Este vaivén desorienta a la futura madre, que no sabe qué hacer, si ir al hospital o quedarse en casa y esperar a que aparezcan otras señales. Precisamente por esto, es una fase que puede generar un poco de ansiedad, porque la futura madre tiene la impresión de que no pasa nada, que esos dolores son "inútiles".
  • Sin embargo, estas contracciones son muy importantes porque preparan el cuello uterino que, poco a poco, se acorta y se aplana hasta desaparecer. Sólo después de haberse modificado el cuello, puede iniciarse la verdadera dilatación.
  • Durante esta prefase, puede ocurrir que se expulse el llamado tapón mucoso, una sustancia gelatinosa situada en el interior del cuello del útero que sirve para aislar el ambiente uterino exterior, al que pueden acompañar pequeñas pérdidas de sangre. A menudo, también se rompen algunas membranas.

¿Cuánto dura?

Desde varias horas hasta 2-3 días.

¿Qué está haciendo el niño?

En esta etapa, está "tranquilo". Sin embargo, cuando la madre siente presión hacia abajo, significa que el bebé comienza a "estirarse", es decir, a estirar los brazos y las piernas, para tratar de encauzarse hacia el canal vaginal.

La fase de dilatación

  • Es el período en el que las contracciones se vuelven cada vez más frecuentes e intensas, para permitir la dilatación del cuello del útero.
  • A pesar de que es la fase más dolorosa, paradójicamente, desde el punto de vista psicológico, genera una sensación de bienestar y de plenitud.
  • La mujer ve que su sufrimiento está finalmente produciendo un resultado y, cada vez que el personal médico mide la dilatación del útero, entiende que, con su esfuerzo, se está acercando a la meta y que cada contracción la lleva un paso más allá.

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¿Cuánto dura?

Depende de varios factores: cuanto más se haya acortado y alisado el cuello del útero, más rápida será la dilatación. El hecho de haber tenido hijos anteriormente afecta a la velocidad de dilatación.

De hecho, no es raro que se produzca la llamada dilatación pasiva, porque el embarazo anterior, combinado con el peso del niño, tiende a dilatar un poco el cuello, incluso sin que se haya iniciado el trabajo de parto.

El apoyo psicológico que la parturienta recibe de la pareja y del equipo médico que están a su lado tiene un papel importante: sentirse animada y apoyada en un momento tan agotador puede ayudar a la mujer a dejarse ir y seguir las contracciones.

¿Qué está haciendo el niño?

Con la cabeza, empuja el cuello del útero y comienza a ir poco a poco hacia el canal de parto.

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La fase expulsiva

  • Comienza cuando la dilatación del cuello uterino se ha completado y ha alcanzado unos 9-10 cm.
  • Es el momento en que la madre cree que ya no tiene energías y que no puede más. Pero también es la fase en la que el niño va a nacer, y todo el mundo anima a la mujer a hacer el último esfuerzo, sabiendo que la meta está cerca.
  • La segunda etapa del parto también se llama fase de separación. Por esta razón, se intenta que los padres expectantes lo vivan intensamente. Aunque ésta es la fase más agotadora, es una experiencia en la que debe saborearse cada instante: éste es el último momento en el que el bebé está en el vientre y que la madre nota sus patadas dentro de ella.
  • Este no es solo el momento en el que está naciendo un bebé, sino que también están naciendo una nueva mamá y un nuevo papá.

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¿Cuánto dura?

En primerizas, desde la dilatación completa hasta el nacimiento del niño, pasa, por lo general, una hora; si la mujer ya ha dado a luz en otras ocasiones, los tiempos suelen ser más cortos.

¿Qué está haciendo el niño?

A través de sus embestidas y las contracciones uterinas, el bebé desliza la cabeza por el cuello del útero, tal como lo hacemos cuando ponemos la cabeza en un suéter de cuello alto.

En esta etapa, el niño realiza la llamada rotación interna, que es esencial para que coincida el diámetro de la cabeza con los diámetros de la pelvis de la madre: con el occipucio posterior (es decir, con la parte posterior de la cabeza), se gira un octavo de vuelta, con el fin de posicionarse con la cabecita en correspondencia con el hueso púbico, con la espalda y el cuello hacia delante y la cara hacia la parte trasera.

Cumplida la rotación, el movimiento de la cabeza realiza la deflexión: pivotando sobre el pubis, el hueso occipital comienza a relajarse, hasta que aparece el cabello a nivel del suelo pélvico. Entonces, es el momento en que la madre está a punto de dar a luz.

El alumbramiento

  • Es el momento en que la placenta se separa, ya que ahora ha agotado su función como alimento para el bebé. Incluso si el niño ya ha nacido, el alumbramiento es una parte integral del parto y es la etapa final.
  • Para expulsarlo, el útero tiene otra pequeña contracción, que, a menudo, la madre no nota tras las intensas contracciones del parto. Es posible que sienta un endurecimiento del vientre.
  • La expulsión de la placenta también recibe el nombre de "secundinas".

¿Cuánto dura?

El alumbramiento puede suceder un par de minutos después del parto, pero puede tardar hasta 15-20 minutos. Si, pasado este tiempo, la placenta no sale, el ginecólogo debe realizar un pequeño masaje en la parte inferior del abdomen.

Otro "método", que, en la mayoría de los casos, resulta decisivo, es enganchar inmediatamente el bebé al pecho: sus succiones promueven las contracciones uterinas y la expulsión.